martes, 5 de mayo de 2020

EDUCACIÓN

EDUCACIÓN PARA ADULTOS

Cuando pensamos en educación, generalmente la asociamos con la educación formal de niños, adolescentes y jóvenes. Si bien ellos son los principales beneficiarios de la educación según el derecho internacional de los derechos humanos, a los adultos también se los reconoce como titulares de derechos. El derecho a la educación es como todos los derechos humanos, es universal y se aplica de todas las personas, independientemente de su edad.
Según el derecho internacional, los objetivos de la educación incluyen “el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad” y “capacitar a todas las personas para participar efectivamente en una sociedad libre”. La educación de los niños no basta para alcanzar estos objetivos (ni los otros objetivos de la educación bajo el derecho internacional). Por lo tanto, el derecho a la educación reconoce la importancia de la educación como un proceso de toda la vida. Los primeros años son fundamentales para este proceso, donde cada nivel de educación sienta las bases para la educación posterior a lo largo de toda la vida de la persona.
El aprendizaje y la educación de adultos es un componente básico del derecho a la educación y el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Comprende “todas las formas de educación y aprendizaje cuya finalidad es lograr que todos los adultos participen en sus sociedades y en el mundo del trabajo. Designa el conjunto de todos los procesos educativos, formales, no formales e informales, gracias a los cuales personas consideradas adultas por la sociedad a la que pertenecen desarrollan y enriquecen sus capacidades para la vida y el trabajo, tanto en provecho propio como en el de sus comunidades, organizaciones y sociedades.” (Recomendación sobre el aprendizaje y la educación de adultos, UNESCO [2015] párrafo 1).